Pues afortunadamente se puede decir que la respuesta a esto no es del todo complicada. Una buena familia se basa en los valores que los padres establecen para el resto de sus miembros. La primera pregunta que debes hacerte, por lo tanto, es hace cuánto tiempo hablaste de este tema con tu cónyuge por última vez. Tal vez sea necesario que toques el tema nuevamente.
Una familia necesita amor, comunicación abierta, sinceridad, responsabilidad y respeto entre sus miembros. Además, se ha demostrado que un vínculo espiritual también puede ayudar. Dicho esto, una buena familia establece ciertas políticas para ser exitosa. Para comenzar, son capaces de renunciar a la palabra 'yo'. Las metas personales se condicionan a la capacidad de la familia de facilitarlas o proveerlas. Si algo no es posible en algún momento, se acepta y se espera. Esto no significa actuar de forma mediocre, significa crecer como una familia hasta que sea tiempo de decir adiós.
Pregúntate acerca de qué tienes más discusiones y pronto sabrás qué temas necesitas conversar. ¿Dinero? Siéntate, haz un presupuesto y busca ingresos extra si lo consideras necesario. ¿Falta de afecto? Convérsenlo y expresen qué es lo que les hace falta para ver tanto sus necesidades afectivas como sexuales satisfechas. Hagan lo mismo con toda y cada una de las incomodidades que encuentren porque, en realidad, las familias que disfrutan de mejor comunicación son las menos propensas a sufrir problemas de dinero, infidelidad o alguna forma de violencia familiar. No olvides que cuando te casaste, adquiriste el derecho a olvidar los estereotipos y crear tu propia realidad matrimonial. Haz uso de ese derecho.
Son tus valores familiares los que decidirán el futuro de los tuyos. A decir verdad, tus hijos o bien imitarán o bien harán exactamente lo opuesto a lo que vean en casa. ¿Cómo les orientarás? Por fortuna, no es del todo complicado.
..:: Fuente: Heptagrama ::..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario